Problemática actual en el mundo de la ilustración (I)
Pasamos a reproducir algunos extractos de la charla de Javier Zabala que será incluida, entre otros textos, en los anexos del Informe 2008 del Observatorio:«[...] Artista, como decía el historiador Ernst Gombrich, «es el que hace arte». Para hacer arte, o para intentarlo al menos, es para lo que nos contratan, y los problemas que nos encontramos por el camino son muchos y muy variados.
Preparando esta charla he preguntado a algunos colegas, y estos son algunos de los problemas con los que nos podemos encontrar en nuestro trabajo diario.
— Reconocimiento del ilustrador como autor. Reparto de los derechos con los escritores. Creo que es la principal batalla de nuestra generación, junto con Internet.
Ilustrar no es adornar. Aportas tu mundo gráfico y personal, das tu opinión intelectual, sugieres mundos paralelos al texto…
En España, todavía hoy, el reparto de los derechos de autor con los escritores no es lógico ni justo. Esto tiene que ver con el dinero, pero también con el reconocimiento social y profesional que implica.
— Calidad máxima, competencia muy fuerte. Para ser ilustrador y poder vivir de tu trabajo, hay que tener una calidad muy alta. Si uno quiere ser abogado u otras profesiones liberales, siendo notable puede vivir muy bien; en cambio, siendo ilustrador tiene que ser sobresaliente para poder sobrevivir de esto, porque la competencia es muy alta, y creo que esa exigencia tampoco está suficientemente retribuida. [...]
— El público. Un problema habitual en el caso de la ilustración de libros infantiles, que es el sector que yo más conozco, es que:
Quien recomienda los libros es el maestro.
Quien los compra es el padre o la madre.
Quien los lee es el niño.
Nosotros dibujamos para los niños, y el niño nunca puede elegir, y tantas veces el padre busca algo que él mismo comprenda, independientemente de los gustos de su hijo.»
Preparando esta charla he preguntado a algunos colegas, y estos son algunos de los problemas con los que nos podemos encontrar en nuestro trabajo diario.
— Reconocimiento del ilustrador como autor. Reparto de los derechos con los escritores. Creo que es la principal batalla de nuestra generación, junto con Internet.
Ilustrar no es adornar. Aportas tu mundo gráfico y personal, das tu opinión intelectual, sugieres mundos paralelos al texto…
En España, todavía hoy, el reparto de los derechos de autor con los escritores no es lógico ni justo. Esto tiene que ver con el dinero, pero también con el reconocimiento social y profesional que implica.
— Calidad máxima, competencia muy fuerte. Para ser ilustrador y poder vivir de tu trabajo, hay que tener una calidad muy alta. Si uno quiere ser abogado u otras profesiones liberales, siendo notable puede vivir muy bien; en cambio, siendo ilustrador tiene que ser sobresaliente para poder sobrevivir de esto, porque la competencia es muy alta, y creo que esa exigencia tampoco está suficientemente retribuida. [...]
— El público. Un problema habitual en el caso de la ilustración de libros infantiles, que es el sector que yo más conozco, es que:
Quien recomienda los libros es el maestro.
Quien los compra es el padre o la madre.
Quien los lee es el niño.
Nosotros dibujamos para los niños, y el niño nunca puede elegir, y tantas veces el padre busca algo que él mismo comprenda, independientemente de los gustos de su hijo.»
Problemática actual en el mundo de la ilustración (II)
Continuamos con algunos pasajes de la charla de Javier Zabala:«— Problemas con el editor. Elige bien a tu editor (yo tardé 10 años en encontrar al adecuado, y no fue en España). El editor no creo que deba considerarse un enemigo, como tantas veces he oído. Un libro es algo que se hace en equipo. Yo prefiero trabajar con gente agradable, mejor aun con amigos. En una relación continuada con un editor de una editorial pequeña es prácticamente imposible no hacerse amigo de él…
Con las grandes, me conformo con la educación y el respeto mutuo, aunque muchas veces surgen también relaciones de amistad con los editores que más tratas… O, quizás, los tratas más porque se han convertido en tus amigos.
Por supuesto, que el editor tenga talento para desarrollar su oficio y aportar su punto de vista constructivo es muy importante a la hora de plantearse una relación profesional. Los libros lo suelen agradecer.
— El diseñador gráfico/director de arte. El diseñador gráfico es un enemigo en potencia o un gran aliado. Si no hay «química estética» puede resultar un gran problema para nosotros y sobre todo para el resultado final del libro.
Por otro lado hay, por suerte, diseñadores gráficos excelentes que tantas veces con su participación mejoran notablemente el resultado.
Y no podemos dejar de mencionar que esta función, cada vez más, la desarrollamos nosotros mismos, eso sí, casi siempre sin cobrarla… Esto es también un problema.
— El crítico y los premios y concursos. Son muy normales en el sector este tipo de reseñas: “Las bonitas ilustraciones de Pepe” o “Las ilustraciones de Pepe acompañan bien al texto”.
El problema: hay muy poca cultura gráfica en este país.
La casi inexistencia de premios para los libros ya editados. Hay muchos premios para buscar novedades, utilizados como cantera barata por las editoriales.
— El tiempo. El tiempo insuficiente para hacer un trabajo, obviamente, es un problema.
Si te pagan poco no le puedes dedicar el tiempo que te gustaría. No puedes estudiar el trabajo, documentarte, experimentar… lo suficiente. Si te pagan poco, en seguida tienes que coger otro trabajo y otro más… La solución suele ser elegir un editor que te deje tiempo, o plantear tú mismo un proyecto y presentárselo a un editor.»
Con las grandes, me conformo con la educación y el respeto mutuo, aunque muchas veces surgen también relaciones de amistad con los editores que más tratas… O, quizás, los tratas más porque se han convertido en tus amigos.
Por supuesto, que el editor tenga talento para desarrollar su oficio y aportar su punto de vista constructivo es muy importante a la hora de plantearse una relación profesional. Los libros lo suelen agradecer.
— El diseñador gráfico/director de arte. El diseñador gráfico es un enemigo en potencia o un gran aliado. Si no hay «química estética» puede resultar un gran problema para nosotros y sobre todo para el resultado final del libro.
Por otro lado hay, por suerte, diseñadores gráficos excelentes que tantas veces con su participación mejoran notablemente el resultado.
Y no podemos dejar de mencionar que esta función, cada vez más, la desarrollamos nosotros mismos, eso sí, casi siempre sin cobrarla… Esto es también un problema.
— El crítico y los premios y concursos. Son muy normales en el sector este tipo de reseñas: “Las bonitas ilustraciones de Pepe” o “Las ilustraciones de Pepe acompañan bien al texto”.
El problema: hay muy poca cultura gráfica en este país.
La casi inexistencia de premios para los libros ya editados. Hay muchos premios para buscar novedades, utilizados como cantera barata por las editoriales.
— El tiempo. El tiempo insuficiente para hacer un trabajo, obviamente, es un problema.
Si te pagan poco no le puedes dedicar el tiempo que te gustaría. No puedes estudiar el trabajo, documentarte, experimentar… lo suficiente. Si te pagan poco, en seguida tienes que coger otro trabajo y otro más… La solución suele ser elegir un editor que te deje tiempo, o plantear tú mismo un proyecto y presentárselo a un editor.»
Problemática actual en el mundo de la ilustración (III)
Prosiguen las observaciones de Javier Zabala sobre la profesión:«— Problemas económicos. Me decía un amigo editor: “Los fotógrafos, los diseñadores gráficos… son carísimos. Vosotros trabajáis muy barato. Los franceses trabajan por tres veces más dinero que vosotros”.
Quizás esto es una exageración, pero qué duda cabe de que hay mercados y países que tienen condiciones de trabajo mejores que el nuestro.
Trabajar para los franceses, chinos, ingleses, japoneses… en el mundo global es hoy absolutamente normal, e incluso deseable para abrir la mente y no depender tanto de nuestro propio mercado, que por otro lado cada vez es menos nuestro (Internet).
Deberíamos interesarnos más en conocer otras realidades similares a la nuestra.
Conocer precios de otros colectivos y equipararnos a ellos.
— Apoyo institucional. A un ilustrador Premio Nacional en Argentina le pagan un sueldo (pequeño, pero vitalicio). A Carll Cneut, famoso ilustrador belga, le pagan un sueldo al mes por ser una personalidad que está representando a su país en el mundo. Svjetlan Junakovic, en Croacia, por tener varios premios internacionales y nacionales es considerado una persona importante para su país y le ofrecen un plaza de profesor en la Universidad de Zagreb con un sueldo del Estado. Y alguno me dirá: «ya, pero estamos en España». Sí, pero en este mundo global en el que vivimos ellos son nuestra competencia directa. Ellos pueden dedicarle un año entero a hacer un libro. [...]
— Apoyo de los medios de comunicación. No pierdo la esperanza, porque cuando era pequeño recuerdo que los ciclistas y los baloncestistas eran unos señores a quienes nadie hacía caso…
Un camino a seguir podría ser el trazado por los fotógrafos: Alberto García-Alix está hoy en el Museo Reina Sofía.
— El mercado. La lógica perversa del mercado editorial. Cada vez hay más libros editados que cada vez duran menos en el mercado. Prima la novedad. El fenómeno del consumismo aplicado al libro. Un libro con dos meses de vida es viejo, se retira. Los libreros tienen 60 metros cuadrados para poner libros; hay demasiados, y, por tanto, van rotando o van directamente a los almacenes de donde salieron. [...]»
Quizás esto es una exageración, pero qué duda cabe de que hay mercados y países que tienen condiciones de trabajo mejores que el nuestro.
Trabajar para los franceses, chinos, ingleses, japoneses… en el mundo global es hoy absolutamente normal, e incluso deseable para abrir la mente y no depender tanto de nuestro propio mercado, que por otro lado cada vez es menos nuestro (Internet).
Deberíamos interesarnos más en conocer otras realidades similares a la nuestra.
Conocer precios de otros colectivos y equipararnos a ellos.
— Apoyo institucional. A un ilustrador Premio Nacional en Argentina le pagan un sueldo (pequeño, pero vitalicio). A Carll Cneut, famoso ilustrador belga, le pagan un sueldo al mes por ser una personalidad que está representando a su país en el mundo. Svjetlan Junakovic, en Croacia, por tener varios premios internacionales y nacionales es considerado una persona importante para su país y le ofrecen un plaza de profesor en la Universidad de Zagreb con un sueldo del Estado. Y alguno me dirá: «ya, pero estamos en España». Sí, pero en este mundo global en el que vivimos ellos son nuestra competencia directa. Ellos pueden dedicarle un año entero a hacer un libro. [...]
— Apoyo de los medios de comunicación. No pierdo la esperanza, porque cuando era pequeño recuerdo que los ciclistas y los baloncestistas eran unos señores a quienes nadie hacía caso…
Un camino a seguir podría ser el trazado por los fotógrafos: Alberto García-Alix está hoy en el Museo Reina Sofía.
— El mercado. La lógica perversa del mercado editorial. Cada vez hay más libros editados que cada vez duran menos en el mercado. Prima la novedad. El fenómeno del consumismo aplicado al libro. Un libro con dos meses de vida es viejo, se retira. Los libreros tienen 60 metros cuadrados para poner libros; hay demasiados, y, por tanto, van rotando o van directamente a los almacenes de donde salieron. [...]»
Problemática actual en el mundo de la ilustración (IV)
Más extractos de la charla de Javier Zabala:«— Los derechos de autor, contratos, etcétera. El álbum ilustrado hoy no es un producto de masas. Es para una élite más o menos ilustrada.
Pequeñas tiradas, que implican poco dinero, por lo cual hay que controlar muy bien los contratos que se firman, incluyendo las cláusulas para el extranjero, que suelen ser abusivas. Incluso hay colegas que han comenzado a reservarse los derechos para las ediciones en distintos idiomas.
— Venta de derechos en el extranjero. ¿Por qué las editoriales venden tan baratas las ediciones de sus libros en el extranjero? He preguntado a muchos ilustradores y nadie me ha sabido responder. Creo que hay una peligrosa “no percepción” de este asunto como un problema real.
Una buena amiga, ex editora de una gran editorial, nos da algunas claves: “No teníamos tiempo para vender los derechos de nuestros libros de una manera apropiada. Exceso de trabajo y/o falta de tiempo para hacer estudios de mercado, buscar, por ejemplo, editoriales con un fondo editorial afín; incluso, sin tiempo para leer los textos de los libros que se pretendían vender… Teníamos una tremenda sobrecarga de trabajo en España y trabajábamos la venta de derechos sin compensación, sin comisión ni incentivos económicos. Obviamente, nunca le dimos prioridad”. [...]
Queda, pues, claro que en España no hay tradición de venta de derechos de literatura infantil y juvenil.
El mercado del libro de texto, tanto para España como para Latinoamérica, es el más interesante para las editoriales españolas. [...]
Otros problemas frecuentes son la ausencia de contratos y las cláusulas abusivas (en algunas editoriales el 10% de la tirada se reserva para promoción del libro y no está sujeta a los derechos de autor, incluso en la 12ª edición, aunque ésta sea de 30.000 ejemplares).
Creo que ha llegado el momento de mirar los contratos con más profesionalidad y a la vez conseguir información que nos ayude a mover mejor nuestro trabajo fuera.
Arnal Ballester dijo una vez en una carta que para comprender la legislación que nos atañe como autores de una imagen «deberíamos dedicar al menos tanto tiempo como el que usamos para entender un complicado programa de ordenador», cosa que hacemos encantados normalmente.»
Pequeñas tiradas, que implican poco dinero, por lo cual hay que controlar muy bien los contratos que se firman, incluyendo las cláusulas para el extranjero, que suelen ser abusivas. Incluso hay colegas que han comenzado a reservarse los derechos para las ediciones en distintos idiomas.
— Venta de derechos en el extranjero. ¿Por qué las editoriales venden tan baratas las ediciones de sus libros en el extranjero? He preguntado a muchos ilustradores y nadie me ha sabido responder. Creo que hay una peligrosa “no percepción” de este asunto como un problema real.
Una buena amiga, ex editora de una gran editorial, nos da algunas claves: “No teníamos tiempo para vender los derechos de nuestros libros de una manera apropiada. Exceso de trabajo y/o falta de tiempo para hacer estudios de mercado, buscar, por ejemplo, editoriales con un fondo editorial afín; incluso, sin tiempo para leer los textos de los libros que se pretendían vender… Teníamos una tremenda sobrecarga de trabajo en España y trabajábamos la venta de derechos sin compensación, sin comisión ni incentivos económicos. Obviamente, nunca le dimos prioridad”. [...]
Queda, pues, claro que en España no hay tradición de venta de derechos de literatura infantil y juvenil.
El mercado del libro de texto, tanto para España como para Latinoamérica, es el más interesante para las editoriales españolas. [...]
Otros problemas frecuentes son la ausencia de contratos y las cláusulas abusivas (en algunas editoriales el 10% de la tirada se reserva para promoción del libro y no está sujeta a los derechos de autor, incluso en la 12ª edición, aunque ésta sea de 30.000 ejemplares).
Creo que ha llegado el momento de mirar los contratos con más profesionalidad y a la vez conseguir información que nos ayude a mover mejor nuestro trabajo fuera.
Arnal Ballester dijo una vez en una carta que para comprender la legislación que nos atañe como autores de una imagen «deberíamos dedicar al menos tanto tiempo como el que usamos para entender un complicado programa de ordenador», cosa que hacemos encantados normalmente.»
Información e imágenes de Javier Zabala
Excelente reportaje. Gracias!
ResponderEliminarExcelente. Aunque me gustaría aclarar que hay algo de lo que dice, que no es real: "Apoyo institucional. A un ilustrador Premio Nacional en Argentina le pagan un sueldo (pequeño, pero vitalicio)". En Argentina no hay tal premio para los ilustradores. Es más, los premios que da ALIJA no son monetarios. Y por el momento, fuera de los que da nuestra sección de IBBY en Argentina no hay otros premios de esa envergadura, y mucho menos monetario.
ResponderEliminargracias por la aclaración, maría. vale como fe de erratas. saludos!
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