En letra chica
Este domingo finaliza la 13ª Feria del Libro Infantil y Juvenil.
Inaugurada el martes 21, la Feria del Libro Infantil y Juvenil llega a sus últimos días: se puede visitar hasta el domingo. Este espacio organizado con frecuencia anual por la Cámara Uruguaya del Libro (CUL) se ha consolidado como un evento esperado, que acerca a los libros y a los autores nacionales a su público. Este año se repitieron dos iniciativas que surgieron el año pasado: tuvo lugar el 2º Encuentro de Escritores e Ilustradores de la Región, y acompañó a los stands de libros la exposición del colectivo Iluyos -trabajos reunidos bajo la consigna “¡A la calle!”-, que nuclea a los ilustradores uruguayos. De la actividad aún pendiente de esta edición de la feria se destacan la presentación (hoy a las 18.00) del Catálogo de Literatura Infantil y Juvenil (LIJ) y la visita del brasileño Ziraldo (mañana a las 15.00).
Lo primero que recibe al visitante en el atrio de la Intendencia de Montevideo (IM) es una fotografía aérea de la ciudad impresa en el suelo: niños y grandes se dejan llevar por la magia de descubrir los lugares de su vida cotidiana representados en el plano. Adentro reina el bullicio. Está lleno y hay muchos niños. La Feria del Libro Infantil y Juvenil reúne, con la organización de la CUL, a los distintos actores del ámbito editorial: editoriales, librerías, distribuidores, y también acerca autores y lectores. Durante 12 días, ese espacio se transforma en un lugar de encuentro donde se puede conocer novedades nacionales y extranjeras -a veces de difícil acceso fuera de ese ámbito-, vichar libros, revolver cajones de ofertas y dejarse sorprender. Este año, incluyó unas 40 actividades, entre presentaciones a cargo de los autores, charlas, encuentros, etcétera. Los organizadores cuentan que, como suele ocurrir, la concurrencia ha ido creciendo a medida que la feria transcurre, alcanzando un gran número de visitantes en los últimos días. Quienes todavía no la hayan visitado, pueden hacerlo hoy de 9.00 a 18.00 y mañana y el domingo de 14.00 a 20.00.
Alicia Guglielmo, presidenta de la CUL, cuenta que siempre aprovechan el mes de mayo, en que se conmemora la fundación de la primera biblioteca pública, y el marco que da la feria para desarrollar diversas actividades, todas ellas centradas en las nuevas generaciones. En ese sentido, El sábado 25 se lanzó el proyecto MonteviLEO: un montón de chiquilines, de liceos públicos y privados, se congregaron a leer en la explanada municipal. Se trata de una iniciativa de la CUL como aporte a Montevideo Capital Iberoamericana de la Cultura, y se desarrollará hasta setiembre, cuando tendrá su cierre en la Feria Internacional del Libro. Se invitó a instituciones que trabajan con jóvenes, tanto públicas como privadas, que se sumaron con entusiasmo. La idea es desarrollar actividades al aire libre, vinculando la lectura con los espacios públicos.
Debatir es necesario
El viernes 24 tuvo lugar el 2º Encuentro de Escritores e Ilustradores de la Región, organizado por la CUL. Con la coordinación del escritor Germán Machado, tuvo un título amplio -“Literatura infantil y juvenil: normalidad y anormalidad, valores y debates”-, que actuó como disparador de ponencias diversas y, por suerte, de un pequeño debate. Participaron las escritoras Malí Guzmán (Uruguay), Florencia Gattari (Argentina) y Evelyn Ugalde (Costa Rica), la ilustradora Viviana Bilotti (Argentina) y el ilustrador y escritor Fernando González (Uruguay).
La encargada de romper el hielo fue Malí Guzmán, con una ponencia que interpelaba al resto del panel y al público. Partió de los conceptos de normalidad y anormalidad, para diagnosticar la LIJ actual como “una literatura a la que le falta anormalidad”. Sostuvo que aunque hay mucha producción y se cuenta con un piso de buena calidad, es “demasiado obediente a otra regla, que surgió luego del saludable cambio al enfrentar al didactismo”. “Hoy en día se anquilosaron cosas que parecían frescas, como el humor y el juego, que pasaron a ser la norma”. Opinó que “hay un espanto de la discusión” e hizo referencia a la necesidad de abrir canales de comunicación con la producción de otros países: “Si no nos leemos a nosotros mismos, ¡cómo no nos vamos a repetir!”, sentenció.
Florencia Gattari partió del cuestionamiento del concepto de “malas palabras”; “¿qué son esas malas palabras, que tienen tanto poder que me obligan a buscarlas?”, y lo subvertió en un sentido positivo: “una mala palabra es cualquier palabra intensa”. Postuló la necesidad de una literatura singular como una posible tangente a la oposición mercado/no mercado: “Cuando hay una voz singular, eso se escucha”. La ilustradora Viviana Bilotti fue en una línea similar a la de su compatriota: “La mejor manera como me puedo parar es buscar una voz propia”. Por otra parte, sostuvo que “el espacio hay que construirlo: el mercado no está esperándote de brazos abiertos”, y que las editoriales pequeñas propician un ámbito de diálogo posible y más amigable.
Fernando González se centró en la segunda parte del título: “valores y ficciones”. Habló de los libros como material subversivo, se manifestó “harto de lo políticamente correcto” y cuestionó el concepto de “valores”. Se preguntó: “¿Acaso podemos escribir libros que interroguen al lector sin antes interrogarnos a nosotros mismos?”, e insistió en la necesidad de escribir libros que “nos desafíen”.
Cuando llegó el momento de la intervención del público, la que pateó el tablero y dio pie a la discusión fue la escritora Magdalena Helguera: “Está todo muy bien con lo que sucede ahí [en el panel], pero ¿qué pasa acá, en el público?”, interrogó. Hizo hincapié en la ausencia de otros actores del proceso editorial que pudieran representar puntos de vista divergentes, y se generó un pequeño debate.
Catalogados
Esta tarde, a las 18.00, en la Sala Dorada de la IM se presentará el Catálogo de LIJ, una iniciativa que surgió a partir de una propuesta del director nacional de Cultura, Hugo Achugar, y se encaminó como proyecto en el Departamento de Industrias Creativas (Dicrea). Consta de dos capítulos, uno dedicado a escritores y el otro a ilustradores, que incluyen tanto autores contemporáneos como fallecidos. Para confeccionar el primero -del que se encargó el área de Letras de la Dicrea- se utilizó como criterio que los escritores seleccionados hubieran sido premiados, ya sea con el Premio Nacional de Literatura que otorga el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), el de Sigmar-Mosca, el de Fin de Siglo, el de Banda Oriental o el Bartolomé Hidalgo que otorga la CUL. En una segunda etapa, en consulta con la Organización Internacional para el Libro Juvenil (IBBY, por su sigla en inglés) Uruguay y con referentes del sector, se evaluó cuáles serían los escritores homenajeados. En cuanto a los ilustradores, como la premiación en este ámbito es muy reciente, se pidió a Iluyos que confeccionara una lista de creadores que hubieran ilustrado al menos un libro; lo mismo se le pidió a la Asociación Uruguaya de Cómic e Historieta.
Se van a imprimir 1.400 ejemplares de este catálogo, que se distribuirán en lugares estratégicos en los que resulta relevante la difusión de la LIJ nacional: la mitad se entregará en Centros MEC, bibliotecas, escuelas públicas, mientras que, por otra parte, Dicrea se encargará de su distribución en ferias internacionales y en consulados y embajadas. También tendrá su versión digital, que podrá ser descargada desde el lunes en cultura.mec.gub/dicrea, y se alojará en el sitio webwww.booksfromuruguay.com.>
Fuente: http://ladiaria.com.uy/articulo/2013/5/en-letra-chica/
No hay comentarios:
Publicar un comentario